¿Cuál es la causa del dolor en la pierna de una persona con diabetes?
¿Alguna vez ha experimentado una sensación de hormigueo en sus piernas? ¿También entumecimiento o debilidad? Si ha respondido sí a cualquiera de estas preguntas y también padece diabetes, el culpable podría ser la neuropatía diabética. La neuropatía diabética, ocurre cuando los nervios están dañados debido a complicaciones diabéticas. Con una de cada cinco personas diabéticas que experimentan neuropatía diabética, es importante hacerse la prueba para esta complicación.
¿Cuáles son los síntomas del dolor de pierna en una persona diabética?
Dependiendo de los nervios afectados, los síntomas del dolor neurálgico por diabetes pueden variar. Por lo general, las molestias comienzan con hormigueo o entumecimiento, pero la sensación puede intensificarse a dolor agudo, punzante o ardiente. Aunque estas sensaciones a menudo comienzan en las piernas y los pies, pueden extenderse a las manos y los brazos, a menudo empeorando durante la noche.
Otros síntomas de la neuropatía diabética pueden incluir:
- Calambres
- Mayor sensibilidad al tacto
- Debilidad muscular
- Disminución del equilibrio y la coordinación
- Pérdida de reflejos, especialmente en el tobillo
En casos más graves, la neuropatía diabética puede provocar problemas con la digestión, el tracto urinario y la salud cardiovascular. Debido a esto, es importante hablar con su médico o especialista en dolor tan pronto como comience a experimentar los síntomas.
¿Existe tratamiento para el dolor de pierna de una persona diabética?
Aunque no existe una cura conocida para la neuropatía diabética, la disminución de la diabetes y los síntomas asociados con la neuropatía comienzan con una alimentación saludable, ejercicio regular y mantenimiento de niveles óptimos de azúcar en la sangre. Fumar y el abuso de alcohol también pueden contribuir a la afección, por lo que es importante detener esos hábitos. Además, hay varias opciones de tratamiento para el control del dolor nervioso disponibles que se enfocan en desacelerar la progresión de la enfermedad, controlar las complicaciones y aliviar el dolor asociado con el daño a los nervios.