Laminoplastia
La Laminoplastia es el proceso que se utiliza para aumentar la cantidad de espacio disponible alrededor de la médula espinal. Se realiza reconstruyendo el arco laminar mediante un abordaje posterior. Este procedimiento alivia la presión de los nervios comprimidos. El dolor subsiguiente, sensación de hormigueo, debilidad y entumecimiento que acompañan a la compresión del nervio espinal son típicamente eliminados. La Laminoplastia no implica fusión espinal. Está diseñado para ayudar a preservar su rango de movimiento. Después de realizar el procedimiento, el rendimiento y el movimiento del área tratada no deben cambiar.
Entendiendo el proceso de laminoplastia
La columna vertebral humana se divide en huesos individuales llamados vértebras. Hay siete vértebras en el área cervical, doce vértebras torácicas, y luego cinco vértebras lumbares en la parte inferior de la espalda.
Las vértebras se apilan una encima de la otra. Están separados por discos. Estos discos son cojines, o amortiguadores. El único lugar en su espina dorsal donde usted no encontrará los discos son las primeras dos vértebras cervicales.
El núcleo del disco es un centro blando y flexible. Esto está rodeado por un anillo externo robusto y duradero. Los discos son los que permiten que sus vértebras se muevan.
Cada segmento de vértebras forma un círculo óseo. Este es el canal espinal, y su propósito es proteger la médula espinal y sus nervios.
Las vértebras están diseñadas para proteger la parte frontal de la médula espinal. La parte posterior de la médula espinal está protegida por los huesos de la lámina y el pedículo.
Las láminas son los huesos que cubren la superficie posterior del canal espinal. Se pueden comparar con un techo que cubre la médula espinal. Juntas, la lámina, la vértebra y el pedículo crean un anillo protector alrededor de la médula espinal.
El tamaño de esta pista osea es fijo. No puede crecer más para acomodar más espacio. Cualquier acumulación de presión en el interior del conducto espinal aumenta la presión sobre la médula espinal.
Puesto que la médula espinal es la conexión entre su cerebro y el resto de su cuerpo, cualquier presión indebida puesta en la médula espinal es peligrosa y afecta la función de las extremidades de su cuerpo.
Qué es una laminoplastia
La Laminoplastia se puede utilizar para tratar:
- Estenosis espinal
- Tumores espinales
- Quistes de la médula espinal
Si se somete a este procedimiento, se le administrará anestesia general. Esto significa que usted dormirá durante todo el procedimiento.
Usted será colocado boca abajo sobre una cama quirúrgica. Una pequeña incisión se hace en la columna vertebral, lo que permitirá al cirujano ver claramente la columna vertebral y la lámina.
Incisiones cuidadosas se hacen a través de completamente toda la lámina. Los espacios permiten que la vértebra se expanda, creando así más espacio en el canal espinal. El alivio en el canal espinal y las raíces nerviosas es inmediato.
Durante este procedimiento, el cirujano puede eliminar cualquier espuela ósea o cualquier otra anormalidad que esté contribuyendo a la compresión espinal.
Un colgajo óseo es mantenido abierto, ya sea utilizando un pequeño pedazo de hueso como una cuña o tornillos e implantes de metal para garantizar que el canal espinal grande permanecerá en su lugar.
Recuperación de laminoplastia
Es probable que permanezca en el hospital dos o tres días después del procedimiento. Su dolor será manejado con medicamentos para el dolor intravenosos, así como medicamentos orales con receta. Cuando se dé de alta, se le administrará medicamentos para el dolor vía oral.
Durante su estadía en el hospital, los profesionales médicos verificarán su capacidad para caminar y las sensaciones que siente en sus manos, pies y extremidades. Finalmente, observaran su sistema gastrointestinal y urinario para cerciorarse de que no fueron afectados por el procedimiento.
En la mayoría de los casos, los pacientes son capaces de orinar, comer alimentos y realizar otras funciones corporales sin dificultad incluso antes de salir del hospital.
La clave para una recuperación exitosa es ser paciente consigo mismo. Dependiendo de donde se realiza el procedimiento, es posible que tenga que usar un collarín durante unos meses. Su cirujano puede recomendar que suspenda cualquier actividad por hasta tres meses.
Usted debe resistir el impulso de tratar de obrar demasiado muy pronto, ya que esto retrasará su proceso de recuperación. Algunas personas experimentan alivio inmediato de su dolor después de la cirugía, mientras que otras personas sienten un marcado aumento en su dolor durante las primeras semanas después de la cirugía y luego los síntomas desaparecen.
Cómo podemos ayudar
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